miércoles, 29 de junio de 2011


martes, 21 de junio de 2011

Billetes abiertos.

Siempre me habían gustado las estaciones y todo lo que conllevan. La gente que las pisan suele pronunciar lo de “llámame cuando llegues” aunque luego entre cansancios, estrés y momentos varios pocos lo cumplen(imos).
Las estaciones huelen a ausencias, a lágrimas, a almas rotas, a esperanzas de volverse a ver, a vidas nuevas lejos de un billete de ida.
Otra gente, mientrastanto, se resguardan del frío de una despedida e intentan coser las heridas que provocan los mensajes de última hora, los de "Tren X con destino A está a punto de partir".
Y es cuando las prisas les pisan los talones a los individuos: las últimas palabras cortan como el cristal, otras unen sentimientos y los besos más tiernos y sinceros saben amargos.
Los que más me gusta de las estaciones es que olvidan el momento en el que te vas y a veces esperan a que vuelvas.

jueves, 16 de junio de 2011

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La noche nos ha abandonado y tú duermes mientras los primeros rayos de luz rozan tu piel. Entre las sábanas se esconden esas peligrosas curvas y cincuentaiséis lunares que me han dado juego, me han tenido entretenido durante todo este tiempo.
Yo, mientras , fumo sentado en el sillón y me recupero de la caída de la cama: en realidad no se si ha sido una caída o simplemente me has tirado tú porque te estorbaba, te dolía mi absurda presencia o yo qué sé.
De todas formas, ha sido como si me hubiera caído al vacío. Desnudo y pegado a las frías baldosas de la habitación me he sentido igual que Ícaro. En su día, recogí las plumas de nuestros sueños y con ellas me hice unas alas, las cuales me acercaron a las nubes. El Sol de la ambición, del deseo de un último beso, de un polvo matutino me ha sorprendido y ha derretido la cera de mis alas.
He voloteado entre segundas oportunidades, aires dolidos y tornados de reproches para evitar lo inevitable, una caída libre a la nada.
Y aquí estoy, apurando el cigarrillo hasta el filtro, sangrando arrepentimiento e intentando descongelar "perdón" que debían haber llegado antes.
Me voy, te dejo nuestra foto, un sin fin de mentiras, bocetos de vidas perfectas, desvelos y el último polvo, el cual espero que disfrutes.