miércoles, 14 de noviembre de 2012

Poesía simple. Poesía compleja.

Poesía son unos ojos que hablan y unas bocas que callan. Un corazón humilde que dice verdades. Las arrugas, producto de la risa. Un abrazo a tiempo. Poesía es dibujar un mapa en la espalda disimulando viejas cicatrices. Unas manos que se rozan casualmente. El sabor de una boca después de un beso en el mar. Poesía es un hundirse en la inmensidad de una caricia, conseguir prescindir de un recuerdo. Morirse de frío a causa de noviembre a -5ºC, de calor a causa de unos lunares oportunos. Poesía son las postales y cartas que llegan a mi buzón.  Las ganas de todo y las de nada y acabar convirtiéndote en la rival de la costumbre. La fragilidad de nuestro cuerpo con el paso del tiempo. Poesía son los olores familiares. El detallismo cuando va de la mano del romanticismo. Poesía es un hasta luego que realmente es un hasta siempre que tú quieras.  Poesía es mi paciencia. Que no se nos vaya la vida en quitarnos la ropa. Un suspiro oportuno. El desprecio de cuánto le echarás de menos. Poesía son mis ganas de llorar con unas buenas líneas y una voz bonita. Es el perdón cuando la soledad  nos da un beso. 
Dime que poesía no era lo que merecías y entonces será cuando sepa que los conceptos cambian con el tiempo: tú yo, nosotros. Fuimos, somos y seremos. 

Poesía, al fin y al cabo. Poesía, en definitiva. 








sábado, 3 de noviembre de 2012

La casa está vacía

Los ladrones entraron el martes en mi casa. Aún cierro los ojos y los imagino: el ansia de forzar la puerta y de introducirse en una casa ajena, tocar y escoger a su antojo todo aquello que tuviera un supuesto valor mientras el  tiempo les pisa los talones y no corre a su favor.
Pienso en los pasos que dieron por mi suelo, en los marcos en los que pusieron sus manos recubiertas de guantes, en los recuerdos y objetos en los que clavaron sus ojos. Pienso en haber estado presente y haber impedido que pusieran unas manos desconocidas en mis mejores sudaderas, en mis cosas definitivamente. Me hubiera gustado verlo todo. Como una narradora omnisciente. Sí.
Pienso en haber aparecido casualmente y haberles ayudado a escoger cosas. "Llévense esa caja forrada: está llena de cosas que ya no importan tanto. Llévense a Pío Moa, pero dejen de llevarse mi antología de Miguel Hernández, porfavor. Llévense también esas libretas llenas de fechas con pegatinas del partido y dejen mis libretas de los días bonitos. Tengan ustedes la delicadeza de no dejar a la vista la ropa interior que algún día le hizo sonreír, las fotografías que me recuerdan a lo que un día fui(mos). Acuérdense de que por mucho que arrasen con lo que queda de mi pasado y con parte de mi presente hay cosas que no me arrebatarán nunca. Adelante, siéntanse como en su casa. Ya se han tomado la libertad de entrar sin permiso y de desnudarme". Chapó. Lo habéis logrado. Gracias por nada.