El otoño ya empieza a coger sitio en mi armario descaradamente, pero sí, para qué negarlo, me encanta. Esa sensación de frío matutino es única igual que mis sudaderas de tres tallas más.
Mis suspiros y agobios augmentan al ritmo que las temperaturas descienden. Una nueva etapa de mi vida me oprime el reflexionar y mis días se comprimen tanto que no tengo noción de su paso, haciendo desaparecer de mi vida el reloj.
¿Dónde han quedado mis días de lectura? ¿Y mis días de reflexión en el terrado de mi casa mientras escucho buena música? Todo eso ha desaparecido incluso de mi cabeza. Sí, ahora lo ocupan asignaturas rebuscadas como ciencias del mundo contemporáneo.
Sumado a ello están los cambios, esos que tanto me gusta leer y soñar y que luego a la hora de aplicarlos frunzo la frente y me cierro en banda. Necesito hacer un reset que empiece desde el siete de septiembre hasta el miércoles que viene, el momento en el que me darán las primeras(pésimas) notas.
Es cierto eso que dicen que cuando eres pequeño quieres crecer, pero cuando creces quieres volver a esos tiernos recuerdos. Parezco una abuela en este caso escribiendo, pero es así. Ahora daría lo que fuese por volver al 2006, cuando empecé el instituto y darme consejos como Pepito Grillo para disfrutar más esa bonita etapa. Supongo que crecer me da miedo, por las responsabilidades y todo lo que conlleva.
Ahora dadas las circunstancias me limito a sobrevivir añorando lo que hacía antes,
que era vivir.
¿Navidad, puedes adelantarte? Gracias.
sábado, 23 de octubre de 2010
viernes, 17 de septiembre de 2010
Se inicia la rutina y con ella una nueva temporada en el equipo júnior.
¡La temporada 2010-2011 al júnior del Club de Korfbal Badalona ha llegado con más fuerza y novedades que nunca! La primera novedad surgió al finalizar la temporada 2009/2010 dando como propuesta un pequeño intensivo de tres semanas donde potenciaríamos y mejoraríamos los aspectos fundamentales de éste deporte: el juego en equipo y la mejora personal. Para ello contamos con jugadores de categorías superiores, con los cuales hicimos una serie de actividades específicas. Nos fuimos de vacaciones y a la vuelta empezaron los cambios y las sorpresas: gente nueva había llegado a nuestro Club con ganas de darlo todo y los que seguimos estábamos ahí para darles nuestra bienvenida. Los entrenamientos han sido más intensivos en comparación a la anterior temporada y se han afrontado de diferente manera. Septiembre ha comenzado con un grupo de gente lleno de vitalidad con muchas ganas de aprender y luchar por un objetivo común que es llegar a ser un equipo. Esto comporta muchas cosas, como son el apoyo incondicional entre nosotros y el compromiso con éste. A todo esto esperamos que la temporada dentro del campo empiece con dos victorias: Conseguir una afición colosal y animadora y un marcador alabador.
¡1,2,3 BADALONA!
¡1,2,3 BADALONA!
lunes, 30 de agosto de 2010
Pura Laura
Laura es la madrugada del 3 de febrero de 1994. La indecisión,la independencia y la espontaneidad en persona. El bivalvo que se abre con paciencia y no muestra la perla fácilmente. La brisa marina. La frialdad de noviembre. La sencillez de una letra y la complejidad de una frase. La locura del dadaísmo y la fuerza del futurismo. La ausencia en periodos indefinidos cuando la acecha el miedo y los problemas. La nostalgia y una caja de recuerdos. La sonrisa cómplice. La delicadeza de una pluma.
La valentía delante del campo de batalla, que es el papel. El escalofrío que recorre un cuerpo al escuchar los acordes perfectos. El orgullo y el rencor sin piedad alguna. La oreja que escucha y el cerebro que aprende. La que acaba andando por el sendero sin zapatos sabiendo que se clavará las piedras de éste. La que sana sus propias heridas e intenta sanar las de los demás. La que observa y ama los pequeños detalles. La que dice hasta luego y no adiós. La lágrima fácil. La que discute por cualquier cosa. La que se queja. La que abraza y besa con motivos. La negada al baile. La que cuando calla, otorga. La que sueña con los pies en el suelo. La que se ríe de su barriga. La tozudería en estado puro. La que te necesita siempre y no te lo dice.
Laura es la pregunta sin respuesta, por ahora.
domingo, 22 de agosto de 2010
Ola viene, ola va... hasta el año que viene.
Siete días. Siete días en los que he reflexionado, quizás demasiado. Pero he llegado a una conclusión bastante sustancial para poder seguir con mi vida y forjarme un futuro consiguiendo todo lo que me propongo. Lo que quiero decir es que muchas nos obcecamos de tal forma en algo que dejamos de ver los pequeños detalles, esos que muchas veces le dan tres vueltas a lo demás. La semana pasada lo que le dio tres vueltas a lo demás sin duda fue la sensación de libertad que corría por mi cuerpo. Ratos sentada en una orilla de la Costa Brava, un horizonte lleno de veleros y unas olas que me salpicaban a su antojo.Tener los dedos arrugados como pasas por el agua. Susurros de Quique González debajo de un sol cegador y una brisita marina. Atardeceres entre crucigramas y risas. Sonrisas y salpicaduras con desconocidos que te alegran el día. Largos paseos nocturnos en un paseo marítimo que te helaban los dedos de los pies. Suspiros y bostezos entre briscas, remigios y dados dando como resultado grandes derrotas. Despertarse entre risas y risas de los niños que juegan fuera. Descubrir un nuevo sabor de helado que entre cucharada y cucharada te va arrebatando.
¿Y con todo esto qué hago ahora? Aguantar hasta las próximas vacaciones e ir mentalizándome de que en quince días comienza de nuevo la rutina.
¿Y con todo esto qué hago ahora? Aguantar hasta las próximas vacaciones e ir mentalizándome de que en quince días comienza de nuevo la rutina.
miércoles, 28 de julio de 2010
The final play
En una habitación iluminada sólo por la luz del foco que teníamos encima estábamos sentados en la mesa redonda. Ese maldito foco me estaba calentando las ideas y el ritmo de la música retumbaba en mi cráneo. Él, con una mano seguía el ritmo de New York, New York de Frank Sinatra y en la otra sostenía la última carta carta. Sonreía de una forma pícara y movía la cabeza con los ojos cerrados porque sabía que me había ganado otra vez.
Yo mientras estaba indecisa y un tanto desesperada miraba al crupier reclamándole su ayuda. Lo único que salió por su boca fue "Suerte, querida" y se volvió a la puerta.
Cada vez que levantaba la vista y veía al lobo que tenía enfrente se me encogía el alma. Había perdido la partida en la cual me lo jugaba todo. Tiré las cartas sobre el tapete y cumplí con el trato entregándole lo que quería. Saqué de mi bolso un papel doblado y lo puse encima de la mesa. Seguidamente se levantó de la silla rozando su nariz con la mía y me dijo: "Despelleja esa maldita patata hervida que tienes como corazón".
Sin moverme y sin pronunciar palabra le metí en el bolsillo del pantalón noches en vela, la patata hervida y un sinfín de meses de silencio recogidos en un papel doblado.
Me dispuse a coger el bolso colgado en la silla y a salir de esa maldita habitación. Apoyé mi cabeza en la puerta con el pomo cogido y abrí. En ese momento oí su voz ronca que cantaba al son de la música "Fly me to the moon, let me sing among those stars. Let me see what spring is like on jupiter and mars...". Me giré y ahí estaba celebrando mi derrota y no su victoria con una mano en el pecho y en la otra un cigarro volteando,cantando y bailando solo. Cerré la puerta y entendí que era hora de comenzar de cero después de tanto tiempo esperando algo que nunca llegaría. Comencé a andar hacia ningún sitio, a paso lento mientras me consolaba cantando "And then I go and spoil it all by saying something stupid like "I love you".
Yo mientras estaba indecisa y un tanto desesperada miraba al crupier reclamándole su ayuda. Lo único que salió por su boca fue "Suerte, querida" y se volvió a la puerta.
Cada vez que levantaba la vista y veía al lobo que tenía enfrente se me encogía el alma. Había perdido la partida en la cual me lo jugaba todo. Tiré las cartas sobre el tapete y cumplí con el trato entregándole lo que quería. Saqué de mi bolso un papel doblado y lo puse encima de la mesa. Seguidamente se levantó de la silla rozando su nariz con la mía y me dijo: "Despelleja esa maldita patata hervida que tienes como corazón".
Sin moverme y sin pronunciar palabra le metí en el bolsillo del pantalón noches en vela, la patata hervida y un sinfín de meses de silencio recogidos en un papel doblado.
Me dispuse a coger el bolso colgado en la silla y a salir de esa maldita habitación. Apoyé mi cabeza en la puerta con el pomo cogido y abrí. En ese momento oí su voz ronca que cantaba al son de la música "Fly me to the moon, let me sing among those stars. Let me see what spring is like on jupiter and mars...". Me giré y ahí estaba celebrando mi derrota y no su victoria con una mano en el pecho y en la otra un cigarro volteando,cantando y bailando solo. Cerré la puerta y entendí que era hora de comenzar de cero después de tanto tiempo esperando algo que nunca llegaría. Comencé a andar hacia ningún sitio, a paso lento mientras me consolaba cantando "And then I go and spoil it all by saying something stupid like "I love you".
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