viernes, 8 de julio de 2011

Segundo de Bachillerato prepárate porque en un año acabaré contigo. Luego planearé un dulce suicidio. Eso sí, habiendo conseguido entrar en Filología Hispánica.


Ready, steady... GO!

miércoles, 29 de junio de 2011


martes, 21 de junio de 2011

Billetes abiertos.

Siempre me habían gustado las estaciones y todo lo que conllevan. La gente que las pisan suele pronunciar lo de “llámame cuando llegues” aunque luego entre cansancios, estrés y momentos varios pocos lo cumplen(imos).
Las estaciones huelen a ausencias, a lágrimas, a almas rotas, a esperanzas de volverse a ver, a vidas nuevas lejos de un billete de ida.
Otra gente, mientrastanto, se resguardan del frío de una despedida e intentan coser las heridas que provocan los mensajes de última hora, los de "Tren X con destino A está a punto de partir".
Y es cuando las prisas les pisan los talones a los individuos: las últimas palabras cortan como el cristal, otras unen sentimientos y los besos más tiernos y sinceros saben amargos.
Los que más me gusta de las estaciones es que olvidan el momento en el que te vas y a veces esperan a que vuelvas.

jueves, 16 de junio de 2011

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La noche nos ha abandonado y tú duermes mientras los primeros rayos de luz rozan tu piel. Entre las sábanas se esconden esas peligrosas curvas y cincuentaiséis lunares que me han dado juego, me han tenido entretenido durante todo este tiempo.
Yo, mientras , fumo sentado en el sillón y me recupero de la caída de la cama: en realidad no se si ha sido una caída o simplemente me has tirado tú porque te estorbaba, te dolía mi absurda presencia o yo qué sé.
De todas formas, ha sido como si me hubiera caído al vacío. Desnudo y pegado a las frías baldosas de la habitación me he sentido igual que Ícaro. En su día, recogí las plumas de nuestros sueños y con ellas me hice unas alas, las cuales me acercaron a las nubes. El Sol de la ambición, del deseo de un último beso, de un polvo matutino me ha sorprendido y ha derretido la cera de mis alas.
He voloteado entre segundas oportunidades, aires dolidos y tornados de reproches para evitar lo inevitable, una caída libre a la nada.
Y aquí estoy, apurando el cigarrillo hasta el filtro, sangrando arrepentimiento e intentando descongelar "perdón" que debían haber llegado antes.
Me voy, te dejo nuestra foto, un sin fin de mentiras, bocetos de vidas perfectas, desvelos y el último polvo, el cual espero que disfrutes.

martes, 31 de mayo de 2011

Y no te quiero tanto.


Y es que a estas alturas poco me sorprende. Dejaron de hacerlo aquellos destellos de luz que abrasaban mi retina cuando se me llena la cabeza de recuerdos.
Aunque no lo reconozcas, tú has cambiado y yo también. ¿Qué fue de nosotros, de ti? ¿qué ha sido de mí?
Hace algún tiempo que yo dejé de zurcir lo retales de nuestro pasado, aquél en el que éramos invencibles. He salido del bucle en el que nos encontrábamos y ahora vivo a contracorriente: cuando remuevo el café y llega al punto de centrifugación cambio el sentido del giro. Aprendí a bailar con más soltura y a callar según qué para no dañar a los demás. Camino hacia cualquier otra parte sin saber qué decir ni qué hacer, pero aun así he aprendido a sentirme bien y satisfecho con poco, con detalles que tú dejaste de valorar. Encontré todas tus llamadas desesperadas y perdidas entre nuestras fotos. Filtreo con otras chicas cuando tengo la ocasión y beso la nicotina de vez en cuando. Olvidé el numero de lunares que forman tu espalda y tu numero de teléfono.
Por otro lado, hay cosas que no han cambiado tanto: tengo el mismo politono y la misma mala cara cuando el despertador suena a las siete.
Hace mucho desde la última vez que nos vimos. Las dudas fueron desapareciendo hasta dejar de confundir la realidad con el deseo. Y está bien así.
Seguramente, cuando hayas desaparecido de los mapas intuirás que nadie tenía la culpa de nada y ya será demasiado tarde.

Impregnadísima de Ismael Serrano y Andrés Suárez, ahora mis únicos compañeros de viaje.