jueves, 1 de abril de 2010

Sinfonía para margaritas II

Tu abuela sintió que ese hombre no era como los demás y que tras su mirada confidente y la ternura que retransmitía podrían ayudarla a superar su pasado. Se encontraron en la Pensión Rivera, cercana a la estación de Atocha donde se habían conocido. Habitación 27. Según me dijo tu abuela, se olía su colonia desde el pasillo y estaba más guapo de lo normal. La esperaba con un ramo de margaritas y dos sillas en el pequeño balcón que daba a un patio interior donde la luz sólo entraba al mediodía. Se sentaron y charlaron durante un buen rato. Tu abuela se soltó como hacía tiempo que no lo hacía y le confesó el motivo de su huida a la capital. Como bien sabes, tu abuela siempre ha sido una gran defensora del comunismo entre otras cosas y fiel a condición religiosa: la igualdad entre personas.
Mi abuelo Marcelino le había preparado una cita con Miguel, hijo de uno de los terratenientes más imporantes de Burgos. Fueron al baile y cenaron juntos. Él vivía en el centro, así que tu abuela tuvo que volverse sola a casa, ya que quedaba a las afueras. Pensando en lo bien que lo había pasado, vio como dos coches llegaban a la iglesia de San Gabriel. Eran altas horas de la noche y el Cura Abelino no estaba enferno, así que el médico no podía ser. Se quedó escondida detrás de unos arbustos dada la rareza de esa visita. Salió el Cura Abelino de una forma rápida y discreta con cálices, retablos y figuras del siglo XVI y XVII, todas patrimonio histórico del pueblo. Eso era un soborno en toda regla y tu abuela había sido testigo A los tres días recibieron una visita muy inesperada a la venta: el acólito de la iglesia, Valentín, preguntaba por Santina.Se encerraron en la despensa y le dijo que corría un serio peligro ya que Abelino la había visto correr cerca del recinto y dados sus pensamientos progresistas era un grave peligro para seguir.Le aconsejó que se marchara lejos,pues el Cura Abelino era una persona sin miramientos y tenía un fuerte contacto con la Falange a nivel nacional. Él, por desgracia era víctima de ello, ya que se había quedado huérfano desde pequeño y Abelino lo había acogido y criado como monaguillo. Viendo la situación, sin despedirse de nadie compró billete de ida y huyó, sin despedirse ni de mi abuelo Marcelino. Amador, ya enamorado perdidamente de tu abuela decidió vender su violonchelo y hacer justicia por ello, marchándose a Burgos. No le conocía de nada y estaba dispuesto a luchar por algo que ni siquiera le incumbía. Tu abuela cayó gravemente enferma y el aprovechó para marchar excusándose con un concierto en Barcelona. Antes de marchar, le prometió que cada dos semanas recibiría un ramo o una simple margarita convirtiéndose en el símbolo de que estaba vivo igual que su amor hacia ella.

To be continued...
(Gracias Jose R!)

1 comentario:

  1. Vaya nivel! Te sigo con interés...
    (No me des las gracias -que te agradezco-, sólo quítame la tilde: jose, que es como me llaman casi todos)

    Besos!

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