Tus tropiezos, tus lágrimas. Quise decirte que sé cómo lates y cómo debían cuidarte todas aquellas chiquillas con las que comparte sábanas. Quería decirte que no había más mentira que la de esos labios y que yo hubiera sido primavera contigo. Que no hubiera sido la persona que entristeciera tu perfil.
Tal vez te acuerdes de mí cuando ahora llores porque no te abrazan, porque ahora quieras que te quiera ella y sientas celos del aire que roza sus pulmones.
El caso es que ya no te pienso, ni siento miedo al silencio que nos acompaña. Vas a estar bien, verás. Vas a estar bien rodeado de los de siempre. Recuerda escribir en la libreta de las cosas bonitas y deja que la vida se cobre por los días grises.
Mañana será otra mujer y te hará llorar... y ahí entenderás que lo que te dije. Aunque ya, por esas fechas, nos de igual.
Acuérdate de vivir.
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