domingo, 30 de mayo de 2010

Happy ending

Aún recuerdo el día que entré en el instituto. Llovía a cántaros y la gente estaba apelotonada en la puerta mirando las listas. Primero de ESO A y me tocaba con poca gente de la escuela a la que iba en primaria. Jo, qué miedo tenía. Me tocó sentarme con Marc Quevedo, elemento fundamental para que pudiese aprobar matemáticas. Un tío peculiar, pero majete. En segundo todo cambió.Recordaba la escuela como algo cercano y a la vez cercano, pues conservaba y conservo las amistades que hice allí. De hecho, las chicas de las que he hablado alguna vez son fruto de mi infancia. Ese año asumí que estaba ya en medio de otra etapa de mi vida y en el inicio de la adolescencia. Se me hizo realmente corto e hice nuevas amistades. Me hice buena amiga de Yaiza durante el verano y lo recuerdo con alegría. Pasé todo el verano en una cancha de baloncesto en la cual conocí gente estupenda que por desgracia o cosa del destino, quién sabe han ido desapareciendo por motivos X. Yaiza conoció a la gente que llevaba buscando durante mucho tiempo, ha conseguido hacer un grupazo de amigos de la hostia y ahora creo que es feliz. Yo no entro en su ámbito social, aunque no lo reconozca y ambas intentemos mantener algo insostenible.
Finaliza segundo y aparece Carlos el San Juan del 2008. Menudo tío loco estaba hecho. Hicimos migas demasiado rápido. Íbamos a la playa todos los días juntos, blablabla. Les contaré la historia en una entrada entera en Julio.
Tercero de ESO. Antepenúltimo curso de la etapa. Me descubro a mi misma, algo que estaba intentando hacer desde hacía bastante. Me apunté a guitarra y dejé de hacer deporte. Qué fallo, de los gordos. Me apunté a una entidad juvenil del ayuntamiento y conocí a gente increíble. Hacíamos jornadas educativas y nos fuimos de colonias dos días. Vi anochecer y amanecer junto a Mari Àngels, una tía magnífica, de las que no hay. Nos conocíamos desde primero pero ella fue los resíduos de una amistad que posteriormente hice yo. Ahora aparte de ser ambas resíduos tenemos muchísimas cosas en común.
Cuarto de ESO. Mi último año. Lo puedo valorar más por el mero hecho de tenerlo más caliente. La verdad es que no se por dónde comenzar. En teoría esta entrada era una valoración de todo el año y no un repaso por la etapa en el instituto.
Pasé parte del verano escribiendo y en septiembre entré con bolígrafo en mano. Tenía la necesidad de escribir a cualquier hora, momento. Topé con una profesora super especial: Begonya, la profesora de música.
Me metió en el mundo de la filosofía, de comerme el coco al salir de sus clases y de valorar, ver y analizar cosas que antes no era capaz de ver, desde aquí le doy las gracias, otra vez.
A través de ella conocí a María José, una magnífica editora que me ha ayudado mucho en la introducción en el mundo de la literatura. Otra amarilla en mi vida, ya me quedan 21 por encontrar.
Me llevo una etapa de mi vida con altibajos, con alegrías, con lágrimas, con injusticias, con gente increíble que me encantaría seguir viendo, aunque sea dentro de veinte años en la cola de algún super, pero sabré que están ahí, que no han desaparecido en cierto modo. Y que todos ellos han cumplido sus sueños, sus metas y están donde quieren estar.
Comienzo una etapa de mi vida decisiva, una etapa que he escogido yo totalmente: letras, puras letras. Los únicos numeros que habrán en mi cabeza serán fechas.
Estoy contenta y sobretodo satisfecha. Me siento orgullosa del trabajo que he hecho y de todo lo que me llevo. Me siento llena en todos los sentidos. He aprendido muchísimo y no sólo lo que decía un libro o lo que un profesor explicaba durante 1 hora.
He aprendido de mis errores y de experiencias. ¿Más madura quizás? Podría ser. Me sigo sintiendo igual de diferente, pero mejor conmigo misma. Ya no me duele esa rareza.
Supongo que es hora de cerrar un ciclo y abrir otro. Jo, qué rapido pasa el tiempo...

Gracias, gracias y más gracias a todos los que habeis formado parte de este ciclo.
[http://www.youtube.com/watch?v=oFkSMHle8-M]

1 comentario:

  1. Hay profesoras de música con suerte...
    Mi abrazo y mi gratitud,
    Begonya

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