Recien comienzo oficialmente mis vacaciones. El sábado, más bien el domingo llegué del viaje de fin de curso en Praga. La ciudad es preciosa y me vengo con recuerdos magníficos, cosas que las guías turísticas no explican ni advierten. Zapato cómodo y muchísima paciencia con sus gentes, eso es lo único que puedo decir. El Puente de Carlos es precioso, sobretodo cuando empieza a caer la noche y se convierte en un mirador de la otra división de la ciudad. Y el reloj astronómico en hora punta y el teatro nacional. También el tranvía que es como aquí en Barcelona pero va detrás de los coches, cosa que aquí éste tiene un espacio propio. Y la Catedral de San Vito y el Mirador. Madremía... ¡Qué vistas!
He de confesar que junto a muchísimas visitas a monumentos emblemáticos he sentido muchísima tristeza. Verás querido lector, hay cosas que por mucho que leas, expliquen no lo acabas de entender hasta que lo ves con tus ojos y eres capaz de ponerte en la piel. La cosa comenzó al segundo día de estar allí cuando nos dividimos en dos grupos: gente que quería ir a ver el cambio de guardia y la minoría que queríamos ir a ver Josefov(Barrio Judío). Nos adentramos en uno de los edificios donde había una pequeña exposición. En dos salas completamente vacías estaban todos los nombres de las víctimas judías a letra dieciséis aproximanadamente. Sólo entrar sentí un escalofrío en todo mi cuerpo y se me hizo un nudo en la garganta como una nuez. Madremía. Seguimos la visita hasta la parte más alta de aquel edificio y había una exposición de dibujos y documentos judíos. Los dibujos pertenecían a niños, en los que plasmaban el día de una familia judía y cómo eran interrumpidos y encerrados. El que más me impresionó era el de una familia reunida en una comida con todos los atuendos judíos y cómo una niña mataba a sus familiares mientras tres señores la esperaban en la puerta. En ese momento arranqué a llorar como la que más y me dispuse a salir de la sala. No podía más, la visita me estaba destrozando por dentro. ¿Cómo puede llegar a esos extremos el ser humano? Al salir nos dispusimos a ir a visitar el cementerio judío y las sinagogas. No podía parar de llorar, de imaginarme la situación y de sentirme en su piel.Pasadas unas horas ya comiendo lo recordaba y se me inundaban los ojos de lágrimas. Me sentía mala persona, por dentro me recorría una sensación extraña, una mezcla de rabia, pena y angustia. Al día siguiente nos tocaba otra visita: el Campo de Concentración de Terezín.
En el autocar comencé a mentalizarme con Mari Àngels y dio la casualidad de que estaba escuchando Manu Guix, uno de mis artistas favoritos. Pues éste tiene una canción que le venía perfecta a la situación en la que nos íbamos a encontrar en breves.
Al llegar allí los escalofríos volvieron. Antes de entrar había una gran expansión de tierra con placas y flores y enmedio una gran cruz Cristiana y la Estrella de David. ¿Qué ironía no creen? Dentro vimos las habitaciones, las duchas, "la enfermería", la zona de los generales y el caserón del pez gordo. También vimos un documental en la cual promocionan el campo como un sitio seguro, donde eran felices. También leímos testimonios supervivientes(pocos) de todo lo que pasaron durante esa época. Escalofriante. Mientras pisaba la grava me imaginaba una de ellas, me imaginaba el pelotón de la gente, los gritos de desolación y los afusilamientos a sangre fría.
Al salir de allí tenía unas ganas de escribir increíbles. No tenía el material necesario, así que muchas cosas que quizás pude sentir no las puedo plasmar porque son únicas del momento...
Me llevé la libreta pero lo tengo todo super esquematizado, muy breve. Entre el cansancio, el poco tiempo libre, cualquiera se ponía a escribir.
A pesar de, me llevo buenos recuerdos. Me llevo cuatro días con mis compañeros de clase, muchas risas, muchas caminatas, un inglés de lo más spanish y una bonita camiseta de Franz Kafka.
En el puente de Carlos hay una estatua en la cual hay dos personajes que para la fertilidad y otro que en teoría si lo tocas es para volver a Praga. La sobé como tres o cuatro días durante mi estancia... y ojalá se cumpla, pero esta vez con mis padres que por haberlo pagado también se hubiesen merecido disfrutar como he disfrutado yo. Desde aquí les agradezco su esfuerzo para hacerlo posible.
Gracias por este viaje Laura! <3
ResponderEliminarEspero que el año que viene se pueda ir también a Praga, poque por lo que estoy viendo me veo sin viaje de fin de curso! Buenas vacaciones querida.
ResponderEliminarUn beso