Cuando se trata de sacar cosas te das cuenta de la cantidad que tienes. La semana que viene comienzan a pintar el piso y ya estoy de los nervios. He sacado todos los libros de mis estanterías y los he metido en cajas. También he sacado fotos y escritos que tenía en las paredes. Qué triste está, incluso cuando hablo se oye hueca.Antes, cuando me he asomado, me daba la sensación de que me iba, como que me mudaba a mi casa. He estado apuntando cosas que tenía que comprar en Ikea (cajas, archivadores y si mi presupuesto lo permite, otra librería) y se me iba la vista a lo demás: dormitorios, salones, etc. ¡Qué ganas tengo de tener mi casa!
Mi habitación pasará de ser amarilla pastel a naranja. Y dejará de tener un estor con motivos de Mafalda, tipo comic a ser de color verde pistacho y liso. En resumen, pasará de ser una habitación de niña a ser una habitación de estudiante.
Y la idea no me desagrada. Me encanta.
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